La Prehistoria se refiere al periodo de tiempo anterior a la existencia de registros escritos. Es el estudio de la historia humana basado en las evidencias arqueológicas encontradas en diversas regiones del mundo. En el caso de España, la Prehistoria es de suma importancia, ya que proporciona valiosos conocimientos sobre las primeras civilizaciones humanas que habitaron la Península Ibérica.
Entendiendo la Prehistoria de España
1. El Paleolítico
El Paleolítico es la fase más temprana y prolongada de la España prehistórica, que abarca desde hace unos 1,4 millones de años hasta aproximadamente 10.000 a.C.. Esta época se caracteriza por el desarrollo de las herramientas de piedra y la aparición de nuestros primeros antepasados humanos, el Homo habilis y el Homo erectus.
Durante este periodo, España estuvo habitada por diversos grupos de cazadores-recolectores que dependían de los abundantes recursos naturales de la región. El arte rupestre, como las famosas pinturas de Altamira y El Castillo, ofrece una visión única de las vidas y expresiones culturales de estos primeros humanos.
2. El Mesolítico
El Mesolítico, también conocido como Edad de Piedra Media, siguió al Paleolítico y duró desde aproximadamente 10.000 a.C. hasta alrededor de 5.000 a.C.. Durante esta época, se produjo un cambio hacia un estilo de vida más sedentario, marcado por el desarrollo de la agricultura y la domesticación de animales.
El variado paisaje de España proporcionó condiciones favorables para el asentamiento humano durante el Mesolítico. Las zonas costeras ofrecían acceso a los recursos marinos, mientras que las regiones del interior proporcionaban tierras fértiles para la agricultura. Los descubrimientos arqueológicos, como el yacimiento de La Draga en Cataluña, han revelado pruebas de las primeras prácticas agrícolas y del uso de la cerámica.
3. Neolítico
El Neolítico, también conocido como la Nueva Edad de Piedra, se extendió desde aproximadamente el 5.000 a.C. hasta el 2.200 a.C. en España. Este periodo fue testigo de importantes avances en la agricultura, la alfarería y el desarrollo de sociedades complejas.
Las comunidades neolíticas de España empezaron a establecer asentamientos permanentes y a participar en redes comerciales. La llegada de la agricultura permitió aumentar la producción de alimentos y el crecimiento de la población. Entre los yacimientos arqueológicos más destacados de esta época se encuentran Los Millares en Andalucía y Almizaraque en Almería.
4. Edad del Bronce
La Edad del Bronce en España, que duró desde aproximadamente el 2.200 a.C. hasta el 700 a.C., fue testigo de la introducción de la metalurgia, concretamente del bronce, en la sociedad. Este avance tecnológico tuvo un profundo impacto en la vida cotidiana de la gente y dio lugar a nuevas herramientas, armas y joyas.
Durante la Edad del Bronce surgieron varias sociedades complejas, marcadas por la construcción de asentamientos fortificados conocidos como castros. El más conocido de ellos es el asentamiento de El Argar, en Almería. Estas sociedades mantenían extensas redes comerciales, sobre todo para el intercambio de metales y bienes de lujo.
5ª. Edad del Hierro
La Edad del Hierro siguió a la Edad del Bronce y duró desde el 700 a.C. hasta la conquista romana en el siglo III a.C.. Este periodo se caracteriza por el uso generalizado del hierro en herramientas y armas, lo que supuso importantes avances tecnológicos y bélicos.
Las tribus celtas, como los celtíberos, habitaron diversas regiones de España durante la Edad de Hierro. Su característico estilo artístico y su formidable destreza en el trabajo del metal son evidentes en los hallazgos arqueológicos de esta época. Los castros y yacimientos funerarios hallados en Numancia y Castros de Lugo proporcionan valiosos datos sobre la vida de estas antiguas tribus.
Conclusión
La Prehistoria en España abarca un vasto periodo de tiempo y ofrece una ventana única a las primeras civilizaciones que habitaron la Península Ibérica. Desde el Paleolítico hasta la Edad de Hierro, cada época trajo consigo nuevos avances tecnológicos, desarrollos sociales y expresiones culturales.
Al estudiar la arqueología y los artefactos dejados atrás, adquirimos una comprensión más profunda de nuestras raíces ancestrales y de la progresión de la civilización humana en la Península Ibérica. La España prehistórica encierra una gran cantidad de información que espera ser descubierta y desentrañada tanto por investigadores como por aficionados.