En la vasta extensión de la historia de la humanidad, el periodo Prehistórico despierta una inmensa curiosidad tanto para arqueólogos como para historiadores. España, con su rico patrimonio cultural, desempeñó un papel importante en esta intrigante época. Este artículo investiga la duración de la Prehistoria en España, arrojando luz sobre los principales acontecimientos y avances que tuvieron lugar durante esta época.
Una visión general de la Prehistoria
La Prehistoria se refiere al periodo anterior a la invención de la escritura, lo que dificulta su datación exacta. En España, la Prehistoria abarca un vasto lapso de tiempo que puede clasificarse en tres etapas destacadas: el Paleolítico, el Mesolítico y el Neolítico.
El Paleolítico
El Paleolítico duró aproximadamente desde hace 1,4 millones de años hasta el 10.000 a.C., lo que lo convierte en el periodo más largo de la Prehistoria. Durante esta época, los primeros humanos, conocidos como homínidos, habitaron la Península Ibérica. Estos homínidos eran cazadores-recolectores que desarrollaron herramientas de piedra, lo que les permitió adaptarse a su entorno.
En España, entre los yacimientos arqueológicos más destacados que proporcionan información sobre el Paleolítico se encuentran la Sierra de Atapuerca, en Burgos, donde se descubrieron restos de Homo antecessor y Homo heidelbergensis, y la Cueva de Altamira, en Cantabria, famosa por su notable colección de arte rupestre paleolítico.
El Mesolítico
El Mesolítico, también conocido como Edad de Piedra Media, siguió al Paleolítico y duró desde aproximadamente el 10.000 a.C. hasta el 5.000 a.C.. Marcó un periodo de transición en el que los humanos empezaron a adoptar un estilo de vida más sedentario. A medida que el clima se suavizaba, los cazadores-recolectores nómadas empezaron a asentarse en lugares concretos, formando pequeñas comunidades.
En España, se pueden encontrar pruebas del Mesolítico en cuevas costeras y concheros, lo que indica una dependencia de los recursos marinos. La Cueva del Mirón, en Cantabria, es un importante yacimiento arqueológico que proporciona valiosos datos sobre los aspectos sociales y culturales de este periodo.
El Neolítico
El Neolítico, considerado la etapa final de la Prehistoria, duró aproximadamente desde el 5.000 a.C. hasta el 2.500 a.C.. Este periodo fue testigo de importantes avances en la civilización humana, como la aparición de la agricultura, la domesticación de animales y la construcción de asentamientos permanentes.
En España, el Neolítico supuso la introducción de prácticas agrícolas y el uso de herramientas de piedra pulida. Yacimientos arqueológicos notables, como Los Millares en Almería y Valencina de la Concepción en Sevilla, permiten vislumbrar las avanzadas estructuras sociales y los complejos rituales de las sociedades neolíticas.
La Duración de la Prehistoria en España
La duración de la Prehistoria en España puede estimarse considerando el final del Neolítico como el comienzo de la historia documentada. La llegada de los fenicios en el siglo VIII a.C. marcó la transición de la Prehistoria a la Edad de Hierro, en la que se empezó a disponer de relatos escritos de los acontecimientos.
Por tanto, basándonos en estas líneas temporales, se considera que la Prehistoria en España duró aproximadamente 12.000 años, desde el Paleolítico hasta el final del Neolítico.
Conclusión
La Prehistoria en España abarca un vasto lapso de tiempo, mostrando la evolución de las primeras sociedades humanas desde los cazadores-recolectores hasta las comunidades agrícolas asentadas. El Paleolítico, el Mesolítico y el Neolítico proporcionan una visión crucial de los avances culturales, sociales y tecnológicos que tuvieron lugar en la Península Ibérica.
Al comprender la duración de la Prehistoria en España, podemos apreciar el inmenso legado histórico dejado por nuestros antepasados, lo que nos permite profundizar en nuestro patrimonio humano común.
La Prehistoria en España abarca un vasto periodo de tiempo, que muestra la evolución de las primeras sociedades humanas desde los cazadores-recolectores hasta las comunidades agrícolas asentadas.