¿Dónde vivía la gente en el Neolítico?

Dónde vivía la gente en el Neolítico

Durante el Neolítico, también conocido como la Nueva Edad de Piedra, que abarcó desde aproximadamente el 10.000 hasta el 4.500 a.C., se produjeron importantes avances en relación con el asentamiento humano. Se trata de una época fascinante marcada por la transición de un estilo de vida nómada a otro más sedentario. En este artículo, exploraremos los distintos tipos de viviendas y dónde habitaban las personas durante el Neolítico.

1. Asentamientos permanentes

Uno de los cambios más notables durante el Neolítico fue el cambio hacia los asentamientos permanentes. Estas comunidades solían estar situadas en zonas fértiles, cerca de ríos o lagos, que proporcionaban una fuente fiable de agua y suelo fértil para la agricultura. La capacidad de cultivar cosechas, como trigo, cebada y legumbres, era crucial para el sustento de estas comunidades asentadas.

Los asentamientos neolíticos permanentes solían construirse con materiales disponibles localmente, como piedra, barro, madera y paja. Estas viviendas solían tener forma circular o rectangular, con muros de piedras apiladas unas sobre otras o muros de adobe sostenidos por un armazón de madera.

2. Estructuras megalíticas

Las estructuras megalíticas constituyen otro aspecto significativo de la arquitectura neolítica. Estas construcciones monumentales estaban formadas principalmente por grandes piedras y se utilizaban para diversos fines, como actividades religiosas o ceremoniales.

Un ejemplo famoso de estructura megalítica neolítica es Stonehenge, en Inglaterra. Se cree que estos círculos de piedra sirvieron como lugares de enterramiento, observatorios astronómicos o lugares de culto. Los métodos precisos utilizados para erigir estas enormes piedras siguen siendo objeto de debate y fascinación para los arqueólogos.

3. Viviendas en cuevas

Aunque los asentamientos permanentes eran más comunes, las viviendas en cuevas también se utilizaron durante el Neolítico. Estas formaciones naturales proporcionaban refugio y protección, sobre todo en regiones donde escaseaban los materiales de construcción adecuados.

Las cuevas eran ventajosas porque ofrecían aislamiento natural, protegiendo a los habitantes de las condiciones climáticas extremas. Estas viviendas solían tener añadidos sencillos, como fogones de arcilla y espacios destinados al almacenamiento.

4. Palafitos

Los palafitos, o viviendas sobre pilotes, eran casas sobre pilotes construidas en lagos y pantanos. Estas viviendas predominaban en zonas donde una fuente de agua era un elemento crucial para la vida cotidiana y la comunicación.

El armazón de estas casas se construía con postes de madera clavados en el lecho del lago o pantano, mientras que el suelo consistía en tablones de madera entrelazados. Los palafitos solían elevarse varios metros por encima de la superficie del agua para evitar inundaciones y mejorar la seguridad.

5. Los castros

Los castros eran otro tipo de vivienda del Neolítico. Estos asentamientos fortificados solían construirse en las cimas de las colinas o en zonas elevadas con fines estratégicos, proporcionando una visión clara del paisaje circundante.

La construcción de estos fuertes incluía murallas de piedra, fosos y empalizadas de madera. Servían como recintos protectores para las comunidades, contribuyendo a su seguridad y defensa frente a posibles amenazas.

6. Estructuras nómadas

Aunque los asentamientos permanentes se hicieron más frecuentes durante el Neolítico, algunas comunidades siguieron manteniendo un estilo de vida seminómada. Estos grupos solían depender de estructuras portátiles como tiendas, hechas de pieles o materiales tejidos como fibras o juncos.

El estilo de vida nómada permitía a estas comunidades adaptarse y seguir los recursos estacionales o los rebaños de animales. Establecían campamentos temporales, que desmantelaban y reubicaban rápidamente cuando era necesario.

En Conclusión

El Neolítico marcó un cambio significativo en las pautas de asentamiento humano. Desde los estilos de vida nómadas hasta el establecimiento de asentamientos permanentes, las personas desarrollaron diversas e innovadoras formas de vivienda. De las casas de piedra a las cuevas, de las estructuras megalíticas a los palafitos, y de los castros a las tiendas nómadas, el Neolítico ofrece una visión fascinante de la evolución de las viviendas humanas.

Estudiando la arquitectura y las formas de vida de nuestros antepasados durante este periodo, los arqueólogos e investigadores pueden obtener información valiosa sobre los aspectos sociales, económicos y culturales de las comunidades neolíticas.

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